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El abrumador número de jóvenes tejanos que votaron en las elecciones presidenciales de 2020 ha puesto al Estado de la Estrella Solitaria en el centro de atención nacional. Porque incluso antes del día de las elecciones, 1 millón de jóvenes ya había votado.
Los analistas se sorprendieron. Pero los activistas no, porque sus organizaciones habían pasado años y gastado varios millones de dólares movilizando a jóvenes de entre 18 y 30 años para que fueran a las urnas.
En Texas, la mayoría del voto juvenil está compuesto por jóvenes latinos y latinas.
Algunos grupos, aunque participaban en la comunidad, no fueron tan activos en su abordaje al registrarse para votar. JOLT Action, una organización con sede en Austin dedicada a involucrar a los votantes latinos, por el contrario, estuvo por encima de la media. Tal vez recuerdes su protesta de quinceañeras de 2017 en el capitolio estatal, y por inspirar a las jóvenes latinas a convertir sus fiestas de quince años en reuniones para registrar votantes.
Pero esos esfuerzos no fueron el único catalizador que movilizó a los jóvenes votantes de Texas a ir a las urnas. Las marchas de este verano por justicia racial fueron otro factor de motivación.
Jessy Esquivel, de 22 años, de Austin, se unió a muchas de las marchas porque conoce personalmente a personas que fueron lesionadas por la brutalidad policial. Marchar fue su forma de hacer que su voz se escuchara. Votar fue otra. Incluso reclutó a amigos y familiares para que votaran con ella.
“Todos tienen más o menos la misma edad que yo”, dijo.
Algunos son un poco mayores. Pero ninguno había votado antes.
Esquivel, como la mayoría de los jóvenes que votaron en Texas, es de tendencia liberal.
El Centro de Información e Investigación sobre Aprendizaje y Compromiso Cívico del Colegio Tisch de la Universidad de Tufts estima que el 62% del voto juvenil en Texas fue para Joe Biden.
Pero como cualquier otra categoría de votantes, el “voto joven” está lleno de matices.
Tomemos a Aaron Cervantez de San Juan, Texas. De tendencia conservadora, pero incluso pro-choice cuando trabaja para la mayor iglesia católica de San Juan.
A diferencia de otros conservadores, a Cervantez no le preocupa la economía. Como vive cerca de la frontera entre México y Estados Unidos, su principal motivación es la inmigración. Dice que el país necesita un sistema “justo”. Y añade: “Soy un gran partidario de los Dreamers”.
No es el único. Ya sean conservadores o liberales, los jóvenes votantes latinos y latinas en Texas son a menudo hijos o nietos de inmigrantes, y la forma en que se trata a los inmigrantes les importa.
Jessy Esquivel dice que otro tema que encabeza su lista de prioridades es el medio ambiente. Es un tema que ella y sus amigos están investigando constantemente.
“Ahora que sabemos sobre [el calentamiento global], no vamos a dejar que alguien desacredite lo que hemos aprendido”, dijo. “No queremos ver a nuestro mundo morir mientras estemos aquí”.
Más allá de la inmigración y el medio ambiente, la retórica, está a la cabeza de la lista de temas que le preocupan a Stephanie Frescas Macías, especialmente después del tiroteo por motivos raciales de 2019 en un Walmart en su ciudad natal de El Paso, donde 46 personas resultaron fallecidas o heridas.
“Definitivamente vi cómo la retórica puede tener consecuencias realmente concretas [y] dañinas”, dijo.
Vio eso en el manifiesto del asesino de El Paso.
Un último motivador para estos jóvenes votantes, independientemente de su afiliación partidaria, es la atención médica.
Desde las elecciones, se ha hablado mucho del voto joven en Texas. Pero hay un par de cosas que hay que tener en cuenta. Por un lado, el voto joven en Texas es mayormente latino, y también está el factor del envejecimiento. ¿Los partidos políticos y organizaciones los perseguirán con el mismo empeño cuando ya no sean “el voto joven” y simplemente se unan a las filas del “voto latino”? En segundo lugar, el siguiente grupo de jóvenes votantes de Texas es aún más grande que el último: uno de cada 10 niños en la nación vive aquí.
Esto plantea la pregunta: ¿se mantendrán los esfuerzos actuales para llevar a los nuevos niños a las urnas?
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